El Gobierno de Xi Jinping también señaló que ignorará "el juego de cifras arancelarias completamente sin sentido de Estados Unidos" y seguirá apoyando los proceso de globalización mediante dinámicas equitativas. Mientras que Washington impuso un arancel del 145% a las importaciones chinas, Pekín respondió con la imposición de un gravamen de 125% a los productos y bienes norteamericanos.

La Cancillería de China también insistió en que una guerra arancelaria no tiene ganadores, y volvió a criticar a la Administración Trump por tratar de debilitar el progreso económico de la nacón asiática.

Tal y como había anunciado la Casa Blanca días antes, las autoridades chinas confirmaron este 16 de abril que los aranceles acumulados sobre algunas exportaciones chinas individuales a Estados Unidos han alcanzado el 245% bajo varias designaciones.

La guerra comercial entre Pekín y Washington también se ha recrudecido debido a las restricciones que ha impuesto China para exportar elementos de tierras raras a Estados Unidos. Ese tipo de materiales son muy codiciados y utilizados por la industria de defensa norteamericana. Es de ese modo como el país asiático también responde a los aranceles impuestos por Trump.